La reciente crisis financiera ha puesto de relieve la existencia de áreas geográficas peculiares: los paraísos fiscales. Generalmente discretos, fueron señalados como uno de los lugares vitales para la finanza internacional cuya carencia de transparencia permitió que se extendiera esta crisis mediante la proliferación de productos financieros de alto rendimiento pero muy especulativos. Los principales responsables de la política mundial denunciaron el papel de estos paraísos fiscales, hicieron establecer una lista más o menos exhaustiva para que éstos proyectaran tener prácticas menos opacas y firmaran acuerdos con las autoridades financieras de los principales Estados.
¿Ha llegado el fin de los paraísos fiscales?
Si es cierto que entre otras, la zona caribeña es donde más se utilizan estas herramientas financieras, es señal de que la cuenca del Caribe está completamente sumergida en la globalización financiera. En un primer tiempo, después de recordar cuáles son la substancia y el papel que desempeñan los paraísos fiscales en la vida de la finanza mundial, tomaremos algunos ejemplos caribeños significativos: tres archipiélagos antillanos (las Bahamas, las islas Caimán, las Islas Vírgenes británicas) y Panamá, antes de examinar su porvenir con prudencia.
¿Cuales son los criterios que definen un paraíso fiscal para los profesionales?
Se trata primero de la existencia de una imposición mínima o nula para los no residentes que gozan de un secreto bancario inviolable; la libertad de circulación de los capitales internacionales debe ser completa, los procedimientos de registro muy rápidos, sencillos y poco controlados. Todo paraíso fiscal debe respaldarse en un centro financiero importante y disponer de una alta accesibilidad informática. El territorio también debe inspirar confianza a sus clientes mediante una estabilidad política y económica, y ofrecer placeres para la vida de los no residentes. Una serie de acuerdos financieros bilaterales con las grandes potencias económicas lo protege de toda medida perjudicial de represalia.
Se ha trabajado duro en las cumbres internacionales y en varios organismos, para poner costo al offshore financiero que cubre un amplio abanico de actividades, desde la ingeniería financiera sofisticada y librarse de pagar impuestos, para las grandes empresas inclusive, hasta el blanqueo de dinero sucio. Se han adoptado varias medidas de transparencia y de intercambio de datos, se han establecido listas de clasificación de países para influir en los Estados más opacos. Pese a tantos esfuerzos, el FMI calcula que la mitad de las transacciones financieras internacionales transitan por centros financieros extraterritoriales. En todas las clasificaciones, las islas Caimán y varias islas del Caribe, entre las cuales figuran las islas Vírgenes británicas, ocupan los primeros puestos.
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